Gracias. A las 3.257 personas de Lleida que en las pasadas elecciones generales volvisteis a confiar en nosotros, gracias. No lo teníais fácil: un contexto completamente polarizado, una situación de tensión permanente en nuestras calles a causa de los disturbios de las últimas semanas, una repetición electoral hecha – teóricamente – a medida de un señor dispuesto a todo por mantenerse en la presidencia del gobierno español (ya saben: un día no puede dormir con ministros de Podemos y al otro abraza a su líder y le hace vicepresidente). Aún y así habéis creído en nosotros, en el proyecto liberal progresista que defendemos, el que apuesta sin complejos por la igualdad efectiva de todos los ciudadanos de este país. Muchas gracias por ello.
Gracias a todos los que habéis trabajado en y por la candidatura. Si votar naranja no es fácil a causa del momento político que vivimos, mucho menos lo es posicionarse públicamente en un sitio como Lleida ciudad y provincia. A la dificultad propia de construir y afrontar una candidatura al Congreso de los Diputados, en nuestro caso se le suma una presión externa enorme. Una incomodidad por parte del resto de los partidos constitucionalistas con nosotros, ya que hemos combatido desde siempre el nacionalismo excluyente que ellos han alimentado para mantenerse en el poder. Una animadversión de medios de comunicación privados y, lo que es peor, públicos. La normalización del insulto hacia nuestro partido por parte de instituciones como el mismo ayuntamiento de Lleida. Y aún y así no os ha temblado el pulso. Muchas gracias por vuestro valor y esfuerzo.
Gracias, Albert. Por todo. Por haber liderado este proyecto desde el principio. Cuando nadie se atrevía a levantar la voz contra la visión única, tú te lanzaste a encabezar esta locura. Rompiste esquemas al hablar en castellano en el Parlament. Hablaste sin tapujos de las corruptelas de los partidos asentados en el Parc de la Ciutadella. Criticaste la propaganda política de TV3 en la mismísima TV3. Lo nunca visto y oído, tampoco por aquellos que tanto agitan la bandera rojigualda en los mítines. Y llevaste este proyecto de regeneración política al resto de España. Quizás por ello muchos te consideraban el enemigo número uno a batir. Y aunque algunos luchamos a tu lado desde 2006, nos has sorprendido dándonos una última lección magistral: “cuando hay éxitos en un proyecto colectivo, los líderes tenemos que saber que los éxitos son de todos, pero los líderes también saben que los malos resultados son del líder”. Gracias por tanta entereza: te echaremos de menos, pero confío en que tu familia descansará mejor a partir de ahora. Espero de todo corazón que tu madre no tenga que limpiar más pintadas xenófobas y totalitarias de su negocio.
Y a los que habéis dejado de votarnos, lo entiendo. Como he dicho no era fácil. Hay demasiado ruido, demasiadas cosas, demasiadas emociones. Tomamos nota. Seguiremos trabajando, con más ahínco si cabe, para defender los valores propios de Ciudadanos, que no son sino los que se encuentran en el artículo 1 de nuestra Constitución: la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. Nos dejaremos la piel para seguir defendiendo que un vecino de Pardinyes tiene los mismos derechos (y obligaciones) que un vecino de Zaragoza, Baracaldo o Cáceres. No descansaremos hasta librar al catalán de apropiación ideológica que pretenden imponer los partidos nacionalistas. No pararemos de defender la normalidad del castellano como lengua propia de Cataluña, junto con el catalán. No permitiremos que se imponga una ideología, sea cual sea, en las administraciones, calles y centros de enseñanza. Porque la libertad consiste en eso: en poder pensar, decir y hacer cuanto queramos, siempre y cuando no constituya un perjuicio para un tercero. Y eso es Ciudadanos.
Gracias. Seguimos.
Ángeles Ribes, portavoz del grupo municipal de Cs en el ayuntamiento de Lleida