El pasado jueves 21 de septiembre, dentro de la campaña de acciones encaminadas a hacer ver que en Cataluña sólo hay una voz y un pueblo, el separatista, se produjo un hecho absolutamente lamentable.

Por redes sociales, los de siempre se habían convocado a las siete de la tarde en la plaza de la Paeria para empapelarlo todo a favor del 1-o. Cargados con carteles y panfletos de todo tipo, cola, cinta adhesiva y muy poco respeto, se dedicaron a enguarrar (si, enguarrar, de guarrería) la fachada de la Paeria, edificios adyacentes, comercios, pilares, iglesia, árboles, mobiliario urbano y hasta un coche de los Mossos d’Esquadra.

Al salir del despacho del grupo municipal de Ciutadans en la cuarta planta, ya cerca de la entrada del párking de la Plaça Sant Joan, me tropecé con uno de los jóvenes miembros del grupo municipal de Convergencia i Unió en el Ayuntamiento. Y cuando le recriminé que su poco respeto por el espacio de todos, obviamente me contestó con la retahíla habitual de dogmas separatistas. Al insistir yo que eso no era lucha política sino incivismo y nada más, me contestó que ya lo quitarían los de la limpieza; y cuando le pregunté que cómo se sentiría si se lo hubieran hecho en su casa o en su comercio, la respuesta fue: “para eso está el seguro”.

Así están las cosas. No les importa que el edificio de la Paeria esté catalogado como bien de interés cultural. No les importa si los comerciantes están de acuerdo o no, o que les produzca inquietud reconocer que no les hace gracia. No les importa si a las cafeterías de la zona les incomoda que las terrazas se desocupen o que puedan dejar de tener ingresos. Da igual. A los concejales de la Paeria que colgaron tan contentos sus fotos llenando de cola y panfletos las paredes no les importa saltarse las ordenanzas de civismo que ellos mismos aprueban. Sólo les importa una cosa: su dogma y su proceso. El resto no importamos, no contamos, no somos.

Solo que, a nosotros, sí nos importan todos los vecinos de esta ciudad y vamos a seguir denunciando cualquier comportamiento incívico, ilegal y anti-democrático. Por más que nos señalen. Por más que nos insulten. Por más que nos griten consignas. Porque cuando tomamos posesión del cargo nos comprometimos con la legalidad, con la convivencia y con el vecindario. Y vamos a seguir haciéndolo.

http://www.larazon.es/blogs/politica/desde-poniente/para-eso-esta-el-seguro-JC16279527

Ángeles Ribes, portavoz de Cs Lleida

Artículo publicado en La Razón y en La Mañana