Es igual si pones la radio, la TV o abres el periódico. Llevamos 15 días de inevitable monocultivo informativo judicial. El llamado caso 3% (aunque hay que corregir, resulta que era más del 3%), el 9N, el caso Palau, el caso Pretoria… son el inicio de un largo rosario de causas que irán desfilando por los juzgados. Son la obligada consecuencia de infringir las leyes en cualquiera de sus vertientes, en esa difusa línea entre política y corrupción, que ha impregnado la política catalana de los últimos años. Resultan esclarecedoras las declaraciones de un Artur Mas ya condenado –En la Catalunya independiente se me indultará –Supongo que Millet, Montull, Prenafeta, Alavedra etc… cuando conozcan el fallo del tribunal, declararán en el mismo sentido. Pero dejemos que los jueces hagan su trabajo y nosotros dediquémonos al nuestro, que es resolver los problemas cotidianos de los ciudadanos y sentar bases y estructuras necesarias para mejorar el futuro.
Parece que en la estación de autobuses de Lleida hay un andén reservado para el delorean de Marty McFly de Regreso al futuro y en el precio del billete está incluido un paseo por los años sesenta. Realmente no es que me guste ni me disguste la moda vintage. El problema es que es una estación del año 1967 y que no se ha ido evolucionando con el avance de los tiempos y los reglamentos, llegando a un extremo de degradación donde la iluminación, la ventilación, la accesibilidad y la salubridad, no solo están fuera de normas, sino que están fuera del respeto a los ciudadanos de una capital como Lleida.
Llama la atención la inacción de todas las administraciones a lo largo de años que, teniendo competencias, no las han ejercido y han permitido el deterioro de estas instalaciones. Hablar de transporte público es un leitmotiv recurrente en nuestro tiempo. Amortizar infraestructuras, minimizar tráfico, luchar contra la contaminación y el cambio climático…Son solo palabras, que desde la política tenemos que convertir en hechos; y la mejor manera de hacer política útil es poniendo las cosas sencillas a los ciudadanos.
Tenemos una estación de ferrocarril Lleida Pirineos, remodelada con la llegada de la alta velocidad, que es una imagen potente de Lleida y en su entorno se dispone de espacios suficientes como para anexarle una estación de autobuses del siglo XXI con la que posibilitar la intermodalidad de los sistemas de transporte público y la calidad en el servicio. La Generalitat ya realizó hace 5 años en un estudio a este efecto, pero el proyecto duerme, como tantos, en una estantería. Esta semana, gracias al grupo de Ciutadans en el Parlament se aprobó en la comisión de Territori nuestra Propuesta de Resolución, en la que instamos al gobierno a que se coordine con la Paería y se acelere la construcción de la nueva estación de buses. Es una de las muchas reivindicaciones para la Lleida del siglo XXI.
Javier Rivas, diputado de Cs Lleida en el Parlament de Cataluña
Artículo publicado en La Mañana (18.3.2017)