Suele pasar que en los plenos del Ayuntamiento recibimos propuestas cargadas de buenas intenciones pero de escaso recorrido más allá del formal y moral. Así, en estos casi cuatro años que llevamos de mandato, hemos denunciado el conflicto sirio, la crisis de los refugiados, la esclavitud, entre otros. Porque seamos francos: ¿quién de nosotros quiere que sigan ocurriendo estas tragedias? Nadie, por supuesto.

Hay otras veces, sin embargo, que tras un escrito con supuestas buenas intenciones se esconden intereses un poco más oscuros. Nos pasó con la moción que quería declarar a Lleida como ciudad de Paz, cuando lo que quería realmente era eliminar la presencia del ejército en la Fira de Formació i Treball. Y nos volvió a ocurrir con la moción que presentó la CUP en el pasado pleno, y que quería declarar a Lleida ciudad antifascista y a favor de la convivencia. Cosa que está muy bien, porque todos somos antifascistas y todos estamos a favor de una convivencia pacífica.

Sin embargo, en la adopción de los acuerdos se cayeron todas las máscaras. Y enseguida entenderán por qué lo estamos diciendo. La moción, entre otras cosas, hablaba de condenar y perseguir cualquier agresión por razón de religión, nacionalidad, sexo, etnia… Pero no hablaba en ningún caso de condenar los ataques recibidos por razones ideológicas.

Es decir, y en pocas palabras: los partidos constitucionalistas, y los de Ciudadanos en particular, podemos seguir siendo objeto de delitos de odio sin que eso suponga ningún problema para los proponentes. Podemos seguir siendo señalados en carteles firmados por Arran. Podemos seguir recibiendo anónimos. Sufrir ataques a nuestra sede, en forma de pintadas o directamente pedradas contra los cristales. Podemos continuar viendo cómo se cuelgan maniquíes en uno de los puentes más concurridos de la ciudad, con las caras de nuestros líderes políticos. Por no hablar de los insultos que recibimos al ir tranquilamente por la calle o en redes sociales.

Pero eso no importa, porque según algunas de las defensas que pudimos escuchar en el pleno el viernes pasado lo importante es aplaudir y declarar que somos antifascistas y apostamos por la convivencia. Porque según algunos, se puede combatir la discriminación por razón de orientación sexual, sexo, religión, etc. Pero se puede entender la agresión por razón ideológica. Porque según algunos, vamos provocando. Solamente les faltó decir que es normal que nos agredan, porque vestimos como… como colonos.

Pues bien, desde Ciudadanos no tenemos dobles varas de medir. En Ciudadanos condenamos toda clase de agresiones discriminatorias, vengan de donde vengan. Porque en Ciudadanos somos liberales. Liberales, que significa defensores de las libertades individuales. Por tanto no vamos a permitir es que nadie nos dé lecciones de lucha contra el fascismo. Porque sabemos perfectamente lo que es. Porque lo combatimos cada día. 

Ángeles Ribes, portavoz de Cs Lleida

Artículo publicado en La Mañana (4.4.19)