En el pasado pleno extraordinario del estado de la ciudad, Ciutadans propuso que el Ayuntamiento de Lleida, junto con el Club Lleida Esportiu y la Federación Catalana de Fútbol, enviara una Petición formal a la Real Federación Española de Fútbol y otros organismos responsables para que la Selección Española de Fútbol o la Selección Española de Fútbol sub-21 juegue un partido en el campo de deportes municipal de Lleida.
¿Por qué creemos que Lleida debe acoger un partido de la Selección Española de Fútbol? Porque creemos fervientemente en la normalidad. Y no es normal que hayan transcurrido ya 13 años desde que el combinado español disputó un partido en tierras catalanas (desde el 12 de febrero de 2004 en el Estadi Olímpic Lluís Companys). Piénsenlo por un momento: Cataluña es la segunda comunidad autónoma más poblada, después de Andalucía, la cual ha acogido 9 partidos desde entonces. Y no es que Andalucía quiera monopolizar la selección, porque desde el partido mencionado, “la roja” ha disputado 43 partidos en todo el territorio español. Así, además de los 9 partidos jugados en nuestra comunidad más meridional, se han disputado 8 en la Comunidad de Madrid, 5 en la Comunidad Valenciana, 4 en Asturias, 3 en Castilla-La Mancha, 3 en Castilla y León, 2 en la Rioja, 2 en Galicia, 2 en Murcia, 2 en las Islas Baleares, 1 en Extremadura, 1 en Cantabria y 1 en Canarias.
Pero ¿por qué disputarse en Lleida? Porque ciudades como Gijón, con 270.000 habitantes, o Albacete con 170.000 han acogido 3 veces cada una la Selección durante este periodo. Y porque creemos que tenemos capacidad para ello: nuestro Camp d’Esports tiene capacidad para 13.500 personas, y este año el consistorio ha aprobado la sustitución del Césped del campo por uno de primerísima calidad. En el mismo sentido nuestra ciudad ya ha demostrado estar sobradamente preparada para acoger eventos deportivos de la misma magnitud, como ser etapa en la Vuelta a España o la Copa Federación de tenis, que se disputa entre distintos países, o distintos campeonatos de España, entre los que queremos destacar por proximidad el tiro con arco y el tenis cadete. Del mismo modo, creemos que traer la Selección no solamente ayudaría a nuestra ciudad a ponerla en el mapa del ámbito futbolístico, sino que ayudaría a fomentar la candidatura de la Seu Vella a ser declarado monumento Patrimonio de la Humanidad, ya que es uno de los puntos incluidos en nuestra propuesta. Por no hablar de los beneficios económicos y turísticos que supone acoger un evento de este tipo. Finalmente quisiéramos resaltar que la iniciativa no es nueva, ya que se intentó hace algún tiempo, aunque al final Gijón se llevó el gato al agua.
Entonces, ¿dónde está el problema? Pues precisamente en la politización intencionada del fútbol por parte de algunos, que han tachado nuestra propuesta de “vergonzosa” o de “buscar la confrontación y la provocación”. Sectores que promueven actos extradeportivos como pitadas al himno, proclamas políticas en ciertos minutos, etc para lanzar sus propias proclamas políticas. Pero hay que superar este conflicto: esta propuesta debería ser entendida como una oportunidad más para promover aquellos valores que representan las selecciones nacionales en todos los países. Selecciones que se componen de jugadores de muchos equipos que rivalizan en otras competiciones, y que al verlos jugando juntos se fomenta la sana rivalidad y la cooperación. Una hermandad que debería ser imprescindible en la práctica de cualquier deporte, y que en este caso ha sido reconocido con el Premio Príncipe de Asturias del Deporte a dos de sus integrantes más célebres como son Xavi Hernández y Iker Casillas.
Como hemos dicho, creemos en la normalidad, y lo normal sería poder disfrutar de un partido de la selección con alegría, y no con polémica.