A tenor de la carta del concejal de la Paeria, el señor Carles Vega, del pasado miércoles 10 de mayo, creemos que hemos dado en el clavo. Mucho daño les tiene que haber hecho nuestra réplica respecto a la remunicipalización de la zona azul cuando lo único que nos puede dedicar son unos insultos y descalificaciones dignas de la mayor de las pataletas.

Insiste el señor Vega en negar su fanatismo económico y el de su equipo, alegando que los números que justifican la remunicipalización de la zona azul son los mismos que la cuenta general publicada por EYSA, empresa concesionaria de este servicio. De hecho, si hiciéramos caso de sus argumentos, el gran error habría sido conceder la gestión de la zona azul y de cualquier otro servicio, a una empresa, dado que sus beneficios repercutirían directamente en la ciudadanía. ¿Y cómo es que no se ha hecho ya?

Para que el lector pueda entender por qué nos escandalizamos tanto desde nuestro grupo con las propuestas mesiánicas de ERC le vamos a poner un ejemplo: imagine que usted es el dueño de un bar. Y que quiere servir tapas, aunque usted no es cocinero. En este caso tiene dos caminos: o aprende y gestiona tanto la cocina como la barra y la caja o contrata a un cocinero. Pongamos que opta por la segunda opción. Y casualmente le va bien: las tapas son buenas, y atraen clientela. Pero tiene que pagar un sueldo y una Seguridad Social al cocinero. De modo que un día decide prescindir del cocinero porque claro: usted tiene la cocina y los ingredientes de las tapas, y así el sueldo y la Seguridad Social que le paga pasará a ser un beneficio más. Como habrá adivinado la historia no puede terminar bien: si usted no sabe cocinar, las tapas no serán las mismas por mucha cocina e ingredientes de que disponga, usted no puede hacer las mismas tapas que el cocinero profesional que tenía contratado. Además, el tiempo que pasa en la cocina no lo pasa atendiendo, de modo que el servicio y la comida se resienten, y termina perdiendo clientes.

Pues bien: desde ERC lo que pretenden es asumir el servicio de la zona azul por parte de la Empresa Municipal de Urbanismo (EMU) que, como usted comprenderá, no está ni mucho menos preparada y acondicionada para asumir esa carga, ya que se dedica a la gestión de parques de viviendas destinado al alquiler social y otros inmuebles públicos. Pero es que da la casualidad que ERC lleva dos años abogando por eliminar la EMU, porque tiene mucha deuda. En fin: un esperpento de cabo a rabo, que nuestro grupo no está dispuesto a asumir sin pruebas fehacientes de que sus propuestas están basadas en argumentos y cuentas sólidas, y no en meros dogmas económicos de fe o cuentas de la vieja. Quien propone ha de demostrar la viabilidad de su propuesta, ya que lo que está en juego es el futuro, el bienestar y los bolsillos de los vecinos de Lleida. Y por más que diga el señor Vega, ni en los presupuestos de 2016, ni en los de 2017 el grupo de Esquerra Republicana de Catalunya presentó ninguna memoria o informe económico que sustentara sus enmiendas al respecto.

A diferencia de otros partidos, Ciutadans Lleida llevamos dos años tomándonos muy en serio nuestro trabajo, y fruto de ello este año creamos unos presupuestos participativos para que todos los vecinos puedan decidir por sí mismos qué proyectos quieren para la ciudad; unas ayudas a fondo perdido para que emprendedores y autónomos puedan abrir o consolidar su negocio; unas jornadas de intercambio empresarial, para que nuestro tejido empresarial conozca otros puntos de vista y realidades; revitalizamos el Casco Antiguo y la Rambla Ferrán; una partida específica de ayudas sociales de medio millón de euros; unas ayudas destinadas a deportes minoritarios y de apoyo a la mujer; reforzamos la plantilla de la Paeria y aumentamos el presupuesto de la Guardia Urbana. Todo ello negociado en los presupuestos de la Paeria, que al fin y al cabo son los que dan cabida económica a toda propuesta de ciudad.

Quizás no generemos tantos titulares como otros partidos, pero probablemente sea porque trabajar genera menos ruido que unas pataletas pueriles.

Sin embargo, lo que no vamos a permitir es el mero insulto y la penosa acusación de franquistas, señor Vega. Ustedes, que son el apoyo vital del partido del 4% en la Generalitat, no pueden darnos ninguna lección de qué es o qué no es apoyar un gobierno. Ustedes, que están delinquiendo apoderándose de todos nuestros datos personales y fiscales – siempre según las declaraciones del ex juez Santiago Vidal, que ha sido un miembro importantísimo en su “procés” – y que están impidiendo una comisión de investigación al respecto, no pueden darnos ninguna lección de legalidad. Ustedes, que han aprobado un reglamento del Parlament, que impide discutir una ley en esa cámara si es presentada por una mayoría de diputados, no pueden darnos ninguna lección de transparencia y buena fe. Pero sobretodo usted, señor Vega, que, ante su incapacidad de fundamentar sus propuestas mediante argumentos sólidos, cae en el insulto y la provocación propia de un matón de discoteca, no puede considerarse docente. Será muy bueno como profesor de lengua y literatura, pero la lección de agresividad y malas formas de su carta es francamente lamentable.

Ángeles Ribes, portavoz del grupo municipal de Cs Lleida.