La primera vez que Ciutadans se presentó a las elecciones municipales fue en 2007. No conseguimos representación. La segunda fue en 2011. No conseguimos representación.

La tercera, fue en 2015. Tercera fuerza. A la tercera fue la vencida…

En el pleno del pasado mes de junio, uno de los expedientes que se sometía a deliberación fue la prórroga del contrato de los servicios de recogida de basuras y limpieza de la ciudad. Entre las propuestas de mejora de los diferentes servicios, aparecía la implantación de una prueba piloto para el servicio de recogida selectiva de grandes generadores y la recogida puerta a puerta doméstica. Una apuesta que llevaba Ciutadans en su programa de 2007 y que por fin puede hacerse realidad en nuestra ciudad.

Ya en su momento, éramos muy conscientes de las dificultades que entraña la puesta en marcha de un proyecto así. Sistemas para llevarlo a cabo hay muchos, y en las diferentes ciudades que se ha intentado ha habido de todo. Desde el fracaso más absoluto por el rechazo de la ciudadanía a implicarse en ello, hasta éxitos parciales… En cualquier caso, existen dos factores, que a mi entender, son claves para que un proyecto así funcione. El primero es la pedagogía. A fecha de hoy, hay unas cuantas generaciones educadas en lo sostenible y en el respeto al medio ambiente, seguidores del añejo ya "reciclar, reutilizar, reducir" y que hacen lo posible para hacer una correcta separación de sus residuos, con el esfuerzo que eso conlleva. Pero también hay una gran cantidad de vecinos, algunos de edad avanzada a los cuales se les hace muy farragoso esa selección de residuos y que no ven el beneficio inmediato o a medio plazo en llevarla a cabo.

Y aquí es donde entra el segundo factor. La incentivación. En nuestro programa de 2007 apostábamos decididamente por implementar una serie de bonificaciones fiscales a aquellos que hicieran el esfuerzo de gestionar sus basuras de la forma adecuada. Dicho claramente, que pague menos quien mejor lo hace, e incluso que se sancione al que pretenda abusar o aprovecharse del sistema de incentivos. La picaresca en la recogida selectiva se ha producido en muchos de los sitios donde se han llevado a cabo las pruebas. Es conocida y por eso hay métodos de control que una vez más, hacen de esta gestión algo más complejo que limitarse a meter todos los desechos en una bolsa de basura y llevarlo a un contenedor de rechazo. Es fundamental pues, para que el sistema funcione, que aquellos que lo hacen correctamente vean que además de los beneficios medioambientales tienen un beneficio directo y fácilmente cuantificable en su recibo de basuras. La nuestra es una ciudad con alta carga impositiva. Que los vecinos implicados en la sostenibilidad paguen menos por su basura es una buena noticia y un incentivo para aquellos que no lo son. A la larga, si el sistema funciona, habrá menos acopio de residuos al vertedero y el Ayuntamiento también pagará menos por ese servicio. Y el medio ambiente saldrá beneficiado….

Nos alegramos que una propuesta del programa de Ciutadans de 2007 vaya a ser puesta en práctica en Lleida en breve, y es que, en muchas ocasiones, a la tercera va la vencida.

Ángeles Ribes, portavoz del grupo municipal de C’s Lleida

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