A finales de 2017, Arran (esa organización separatista nacida de la unión de Maulets, la Coordinadora d’Assemblees de Joves de l’Esquerra Independentista (CAJEI) y alguna confluencia más) lanzó una campaña en redes sociales con las fotos de los miembros de lo que dieron en llamar el Tripartit de Lleida, es decir: con las caras en primer plano de los concejales del PSC, de Ciutadans y del PP. Y un lema, “Assenyalem-los!”
Hace unos cuantos días, en los pasillos de la Universitat de Lleida, la UdL, aparecieron colgados unos carteles con las caras, nombres y apellidos de algunos de los miembros del Consejo Social de la UdL. En él se señala a esas personas por ser “Rector”, “Miembro de Globalleida”, “Presidente de Pimec”, “Presidenta de Fecom y CCC” y por ser de “Societat Civil Catalana y Ciutadans”. Los perpetradores del cartel son la denominada Assemblea Lletres Lleida y animan a ponerse en contacto con ellos para más información.
Y el sábado pasado, en Torroella de Montgrí, el concejal de Blanes de Cs, Sergio Atalaya, fue agredido en el transcurso de un acto del partido en esa localidad. Ciudadanos había solicitado los permisos para instalar una carpa informativa, le fueron negados por parte del ayuntamiento y se decidió hacer un paseo por la localidad para dar apoyo al grupo local creado recientemente. Un grupo separatista convocó por redes una manifestación contra la presencia de los de Cs y a Sergio le lanzaron un objeto contundente reventándole la nariz. Las imágenes son estremecedoras: una turba vociferante siendo contenida a medias por los Mossos mostrando un odio brutal hacia el partido que se convirtió en tercera fuerza en las elecciones del 21D en esa localidad.
¿Y cuál es el hilo que conecta estas tres acciones? Sencillo. Poner caras, nombres, apellidos a los que disienten del separatismo o de la ideología antisistema. Señalarlos para que sean insultados, agredidos y amedrentados. Ellos y sus familias. Para que se lo piensen muy mucho antes de presentarse en listas o como miembros de consejos públicos. Para que nadie excepto los totalitarios ocupe los lugares de representación o el espacio político. Para que aquellos que militan en partidos como Ciudadanos sean presionados por las familias atemorizadas por las consecuencias de estos señalamientos o para que sufran represalias en sus puestos de trabajo. Para que algo tan sencillo como alquilar una vivienda sea infructuoso en cuanto dices quién eres y a qué te dedicas.
Todo lo contado en el párrafo anterior son hechos acaecidos en la ciudad de Lleida y cuyos protagonistas son afiliados de Ciudadanos Lleida. Y no sólo no hay condena mediática e institucional, sino que el MHP Torra azuza a los CDR a la confrontación: ¡Apretad, Apretad! ¿Recuerdan?
Impiden la libre participación en la vida pública y política. Instalan el temor en buena parte de la sociedad catalana, fomentando la espiral de silencio. Fomentan la violencia y la intolerancia. Banalizan las agresiones, las pintadas, los cristales rotos a pedradas y culpabilizan a las víctimas…
¡Apretad, apretad! Hasta estrangular y acabar con la Democracia y el Estado de Derecho. Sólo que tenéis un problema. Que algunos resistimos, resistimos y resistimos hasta ganar las elecciones. Y vamos a seguir haciéndolo.
Ángeles Ribes, portavoz de Cs Lleida
Artículo publicado en La Mañana (30.1.19)
Artículo publicado en Segre (5.2.19)